La loca del mundo.
Mente adormecida, la tinta formaba sobras singulares, saboreaba su acidez metálica, el azul marino me hacía experimentar estar mentida en un barco en medio de una marea que iba y venía, chocando con las tablas desgastadas, el olor a sal me pesaba en el estómago- dame una bolsa porque no aguanto-. ¿Pero quién me ha soltado en este lugar nefasto?, ¿Dónde está mi hoja escrita por estas manos temblorosas que ya ni siquiera puede mantener el bolígrafo en pie? ¿Alguien me puede salvar de esta oscuridad? No hace falta responder ya, la noche devoró al día, ya no hay tiempo para que puedas mirar debajo de la cama por si hay un monstruo observándome, escuchando mi respiración y aguantándose las ganas de acariciar mi pierna que sobresale de mi cama. Si tengo suerte, despierto de la pesadilla, espera ¿se puede esquivar la pesadilla? Mejor no me hagáis caso señores y señoras que cualquier loco canta sus historietas enfrente de la iglesia que quiera para ganarse unos centimillos sueltos. Huir ...