Historia desenterrada.

Traigo de lo más profundo de la materia los huesos desenterrados que una vez estuvieron cubiertos de carne; carne como otra cualquiera.

En aquellos tiempos la apariencia lo era todo pero la suya era transparente como el agua aunque frágil como el cristal de las copas de vino que se acumulaban en la mesa redonda de mármol.

Unos ojos expertos se dieron cuenta de ello y se acercó a ella para invitarla a un baile sereno, impregnado de palabras ocultas de las que salía por la boca del hombre maduro.

Él observaba crítico y ella ingenua cantaba alegre al son de la canción. Dieron vueltas y vueltas hasta llegar al balcón, la sujetó de las caderas y la puso contra la barandilla, ella sospechó ligeramente y él riendo forzosamente hizo desaparecer la barandilla para dejar caer a la muchacha frágil y transparente.

Vio pasar la cinta de su corta vida sin llegar a comprender aún el por qué la hicieron aquello.

Pero no quiero remover más la historia, donde se quedó ahí se quedará.

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