Viajes inhóspitos.

Perdí el contacto con mi consciencia, ya no puedo ver el cielo que cubría mi cabeza, un cielo cubierto por miles de puntitos plateados. Caí en el césped recién cortado, su olor se insertaba en mis fosas nasales, mi mente ya viajaba hacia lo desconocido, hacia lo nunca visto.

Me dijiste una y tantas veces que querías venir conmigo hacia aquel destino tan apetecible pero te daba miedo el medio que querías escoger. Yo, desesperada, deseaba irme ya, pero me retuviste con palabras soñadoras, me pintaste un paisaje lleno de esperanza.

Cerré los ojos, mi trayecto estaba a punto de empezar, mi sueño por fin se iba hacer realidad pero una pizca de temor entró en contacto con mi piel, agarré el césped inconscientemente. 

Incluso en mi mente flotante te introduces sin querer, el eco de tu voz resuena en mis oídos, formabas las mismas frases que me decías en noches desoladoras cuando yo quería desaparecer ( y estoy en ello). Supongo que tengo que decirte gracias de nuevo.

El grito de mi alma hizo que despertara de un sobresalto, otra vez me encuentro sumergida entre las sábanas, esa luz reflejaba el techo lleno de puntitos plateados.

Aún seguías a la espera para que te contestara.




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