Entradas

Mostrando entradas de julio, 2021

La confianza

Imagen
No te quiero traicionar de nuevo. Pero esto es otro cantar, más profundo  y a la vez hueco. Te miro y ya sé qué estás pensando, tu mandíbula se tensa, tus manos se aprietan y cierras los ojos. Más me duele a mí verte así, por mí. No te puedo culpar  de sentir este malestar, llamado desconfianza. Te he martilleado la cabeza las suficientes veces como para saborear la sangre. Y aún así me exculpas a conciencia. A conciencia.  Yo solo soy el producto de tu reflejo. Cuando te miras al espejo y te reconoces menos. Pero no te quiero traicionar,  y quisiera que te vieras  como en realidad eres: una diosa dentro de un cuerpo mortal, desprotegido, desconsolado  y escarmentado.  Quién aún se busca  y se está encontrando. En definitiva,  una luchadora . Unámonos juntas,  cuerpo y mente,  para recobrar la confianza.  

Ser o no ser

¿Cómo es posible que tengamos personalidad? ¿La personalidad y el alma están relacionados?  Si no tuviésemos personalidad ¿Qué pasaría? Probablemente nos moveríamos por necesidades básicas. ¿La falta de personalidad afectaría a nuestra inteligencia? Creo que hubiésemos evolucionado de parecida manera buscando facilidades para sobrevivir. Siempre estamos en continuo conocimiento para hacer más sencilla nuestra existencia. Seguiríamos sintiendo dolor y placer, ¿pero hasta qué punto se desarrollarían nuestras emociones? ¿habríamos descubierto el miedo, el amor, la adrenalina, la desazón, el pánico o el éxtasis? Al fin y al cabo, ¿qué es la personalidad? Es esa parte de nosotros que nos define como individuos más allá de lo físico. La personalidad es tan subjetiva que se podría explicar de mil maneras, y en el fondo sabemos lo que es sin que la definamos con palabras. Y muchas de las cosas, palabras, lugares, inventos, ideas, han sido creadas gracias a cómo somos, para bien o para mal.  ¿S

Ruido

Imagen
 El ruido. El incordioso ruido. El glorioso ruido. El infernal ruido. El milagroso ruido. ¿Qué es para ti el ruido? Para mí, el ruido es ese águila que come el hígado de Prometeo cada día. Una maldición que no deja dormir y que no desaparece nunca. Nunca. Pero el ruido es tan relativo... Es tan constante y está en todas partes que el cerebro lo omite la gran mayoría de veces, porque está concentrado a otra cosa, o porque es un ruido tan cotidiano que nos olvidamos de ello, o incluso para no volvernos locos.  El sonido de los pájaros cantar a lo lejos mientras voy caminando por la calle, no me importaría escucharlo porque es agradable y no me persigue, es momentáneo. Ahí está la clave, el tiempo.  El goteo constante del agua cayendo del grifo tamborilea en los oídos una y otra vez sin descanso. Y cuanto más me concentro en dejar de escucharlo, más me penetra el ruido.  ¿Y sabéis qué? Que cuando se desprecia un ruido más le temes, porque te imaginas escucharlo en todas partes y tu cuerp