Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2016

Título: más que expreso.

Imagen
Capítulo  intermedio, indefinido,                                  en el cual coexiste un parón artificial, y en cambio los pájaros siguen volando.                                                                  Artificial. Me apetecía escribir porque hace tiempo que no me sentía así. Un tiempo que ha sido rellenado con arena .                                                                       Arena húmeda que devolvía el fresco a las cabezas saturadas. Como la mía. Es solo que no encuentro al aire que pueda mover el pelo recogido en una coleta. Y mientras yo estaba durmiendo entre palabras con sentido. El ascensor seguía su curso, las puertas se abrían y cerraban. Todo parecía tener sentido.                                                                     Arena que exfoliaba la piel,                                                                    pequeñas motas que brillaban                                                                    de real

~~

Debo mi lealtad: a ti viento feroz como una blanca pluma.  A ti, hoja de papel hundida en el cuaderno garabateado por collares llenos de alfileres. A ti, labios que besan a los ojos sin pestañear. A ti, tinta que bebemos como agua bendita y la expulsamos por las huellas de los dedos. Y sin embargo no es suficiente. El aroma de la colonia, no, del ambientador, pretende esconder el olor a putrefacción de mi voz. Así pues, a ti, que te he prestado tiempo en admirarte. A ti, que te he pintado con servilletas de papel. Y a ti, que sin pestañear me has besado con tus labios, dejando las marcas de tus huellas en mis brazos como si fuera una bendición. Y sin embargo, aún no es suficiente. Water cannot revive burnt trees. So, just plant again. Cultivate it, help it grow- It´s all about showing and teaching the surface, and breathe the emotions you forgot to wear on you sleeves. 

Tú la llevas.

Imagen
He de confesar que he cometido un asesinato en mi propia casa,en mi propia habitación; las manchas oscuras, salpicadas en las paredes, corroboran con mi sentencia. Sin embargo, una parte de mi ha sido succionada,mientras que la otra parte (y menos importante) se ha quedado aliviada. Y ahora solo hay que limpiar con estropajo sin pisar lo fregado. Esa parte de mi, que ahora puede dormir por las noches, disfruta de su libertad limitada, pero los oídos siguen despiertos y cada vez las manos se empapan de ampollas por explotar. Las prisas aumentan las posibilidades de fracaso. Y como paulatinamente estoy cometiendo mi propio desalojamiento interno, donde la consciencia pretende robotizarme guiándose por mis oídos y murmullos lejanos.  Aunque el hedor se ha ido extendiendo por mi barrio,quién sabe por donde más.

25/09/16

No hay que preocuparse por el cielo cubierto de grietas luminosas, es nuestra cárcel, disfrutémosla hasta que llegue el momento de que nuestros cuerpos se humedezcan, mezclándose con el barro de la naturaleza artificial. Más allá se escucha a los aviones estrellándose y a los paracaidistas tratando de doblegar al viento enzarzado. Una apocalipsis de la cual no nos damos cuenta y que vivimos igualmente aunque El final llegue y lo abracemos. Nos besa y le correspondemos, porque hoy cualquiera se tira sin paracaídas. O siempre lo hemos hecho.

El sonido de guitarra amarga.

Imagen
He dejado  esto un poco abandonado, espero que el tiempo no falte para leer, para hacer lo que realmente queremos hacer al fin y al cabo. A veces pienso que tanta subjetividad derrumba los pilares de mi propia mente desgastada aunque hambrienta de nuevos avances. Aún la roca madre no ha muerto. Aún.  Y aquí estoy, aquí estamos, ¿o es solo el silencio quien acompaña a mi desvarío?  Entonces debería irme.  Sin embargo aquí sigo. Me alegra tanto que el frío se asienta en mis pies descalzos, agrietados e inexpertos; me han llevado  a mundos desiguales que comparten un mismo suelo, pisado por otros más. Supongo que esa temperatura aleja el miedo al sentir que la sangre está desapareciendo o que el aliento ya no forma vaho. Porque no se siente.  Y ahí está el silencio. ¿O murmullos que finalmente calman el adiós?