Nada.

Ojos llorosos.

¿Tristeza?

¿Felicidad?

No, no pasa nada.

Y cuando la flor,
marchita a punto estaba,
fue pisada.

No tenía tiempo,
el campo
infestado estaba
de abejas asesinadas.

El silencio se columpiaba
entre molinos 
de viento abandonados.

Y los pájaros
agonizando estaban
cuando la vida 
se desvanecía.

Y el sol se enfriaba
dejándonos en la
eterna oscuridad.


Comentarios