Hola mundo:

Se evaporaban los últimos restos de flaqueza. Una capa duradera puntuaba el dolor en hielo cortado. 
Insignificante.
La condensación, en cambio, atronaba el mareante impulso de sentir piedad.

Un silbido, una señal, un dardo tranquilizante. 

El cuerpo se encoge. El cuerpo se desmaya.
Y otra capa fina tapa los ojos negros.
La mente despierta. La mente sufre una colisión.
No sabe mentirse a sí mismo, un antifaz no bloquea las inseguridades y los engaños, los aumenta. La piel siente como toca la pared y cómo se derrumba. Y como las costillas se convertían en polvo.

Se evaporaban los últimos restos de dureza. Una capa superflua se deterioraba, puntuaba la fortaleza en uñas cortadas. 
Significante.
La condensación, en cambio, pegó un chaparrón. Sintiendo frío, sintiendo los latidos.

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