Mierda, aún sigo vivo.

Las flechas señalaban el camino equivocado, me adentré más en la boca del lobo. Escupe ya lo que tengas que decir ¿o ya me vas a tragar como una serpiente que está en su última piel? 
Esa voz ronca de tanto gritar insultos ya te tendrá que escocer,¿te ayudo a arrancarte las desgarradas cuerdas vocales que te quedan? 

No hace falta que bailes como un estúpido, ya se nota de qué pasta estás hecho. Estoy preparado para hacer el sacrificio de pegarte un tiro. Vamos, ahora las piernas no me pueden fallar, no si antes aprieto el gatillo.


El sonido del impacto retumbó en la sala vacía, los cristales rotos se estampaban contra el suelo, mi imagen destrozada se reflejaba con penuria como un barco hundiéndose en el suelo manchado de desconsuelo.

Comentarios