Una parte de ti que desaparece.

A medio camino se ablanda el momento de encontrar el oasis. No es el calor del desierto lo que sofoca a mis piernas a seguir, ni el frío que recorre mi cuerpo cuando duermo al ras del suelo, rodeada de arena y sueños incompletos.
El espacio en blanco se expande, el horizonte se ha desdibujado, y la neblina ha ocupado su puesto. Ahorrando tiempo en pequeños silencios cuando uno coge aire, sin embargo todo se queda en un punto y aparte temeroso a ser respondido. 

Su voz era de acero y de piedra. Su voz le ordenaba que volviera a vivir. Pero Lanre yacía inmóvil y muerto.
Su voz era de amor y de deseo. Su voz le pedía que volviera a vivir. Pero Lanre yacía frío y muerto.
Desesperada, Lyra se echó sobre el cadáver de Lanre y lloró su nombre. Su voz era un susurro. Su voz era de eco y de vacío. Su voz le suplicaba que volviera a vivir. Pero Lanre yacía sin aliento y muerto.
- El nombre del viento.  

Comentarios