(...)

A veces el arrepentimiento lanza latigazos en el momento más oportuno. Sinceramente, ¿qué es lo que soy? Rompo a pedazos mi espalda para liberar la carga. La voz se ha quebrado. Y me siento como la pelusa al final de la bolsa de deporte junto el sudor de la toalla.

La voz se ha atragantado en un débil grito de injusticia.

¿Qué es lo que soy?

¿Quién soy?

Me despido con el mal sabor de boca, el hecho de que no pudiese ser distinta como yo quería, lo echa todo a perder.

Adiós.-L.L 


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