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Hablando de significados totalmente antónimos. La comprensión te surge como un duelo entre un muro y tu puño; al final, lo que queda es la expresión de derrota.
Sorprendentemente aún seguimos de pie cuando la lluvia había formado charcos que nos cubrían hasta los tobillos, éramos torpes y las sutilezas eran inexistentes. 

¿Sería que el tiempo se nos estaba echando encima?

¿O sería que el acercamiento me acobardaba?

En el último capítulo el muro se agrietó cuando ya solo quedaba yo con el agua hasta el cuello y sin saber nadar.


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