Vuelta sin retorno (VI). Las promesas de un amante sin corazón.

- Yo te cuidaré.
Yo te cuidaré. ¿Y quién lo hará si no? 
El viento aún refresca en medio del bochorno. Gracias al invierno no se ve tan extraño ir siempre con gorro,incluso para ir al baño, ni llevar la camisa abrochada hasta el cuello. El frío cumple su función.
La caída de pelo a escalas masivas, mordiscos desde los hombros hasta las manos, y un sueño terrible.

El llanto, el llanto me mantiene con vida.

A veces la soledad mata.

La sangre parece agua corriente, harto de verla, señal de lealtad eterna.

Te demostraré que te querré para siempre.


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