Vuelta sin retorno (I). Lucha,muerte y vida.

Las venas se contraían, se secaban y quedaban inutilizadas. La furia de sus ojos seducía su muerte innacabada, la respiración hacía trabajar demasiado a sus pulmones pálidos.
El vino derramado por la alfombra roja, aún sostenía el sacacorchos entre los dedos callosos, decidido a clavárselo debajo de la fina barbilla saliendo por la boca. Vomitó sangre, sangre mezclado con vino espumoso que manchaba el vestido. 
Arrastrada, moribunda, con la cabeza mirando al techo hasta chocar con el agua del váter para que absorbiera su pesadumbre y sorpresa, donde los gritos tragaran agua. Y que su muerte entrara en estado de sueño irreparable.
Así, una parte de sí mismo se quedaba tranquilo. Demostraba que los demás se equivocaban, que era capaz de odiar y de amar a la vez.

Comentarios