Era peor el remedio que la enfermedad

Aún quedan muchos días hasta que el hielo de mi boca se deshaga completamente, (pensando que el calor ha desaparecido de mi cuerpo).
Tus lágrimas cayendo sobre mi piel no impiden que la enfermedad se eche atrás, una vez infectada de muerte, ya no hay posibilidad de brindarme el antídoto con la misma fórmula. Y más sabiendo que fuiste tú quién inyectaste el veneno en mis venas.


 

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