01/22/16 El hombre desnudo que hizo historia.


Los días se terminaban en miseria, las almohadas derrochaban lágrimas secretas, y no existía nada más que una cortina tapando la ventana mientras se desnudaba, sentía el calor del hogar; el humo negro intensificaba esa satisfacción en los pulmones partidos. Los dedos se alargaban como agujas de tejer y una risa hueca resonaba haciendo desaparer los problemas.

Pies fundiéndose en el suelo, todo daba vueltas que incluso las paredes ya no eran rectangulares y hasta el vecino se estaba mareando. La excitación pesaba más que el pudor, ni siquiera el viento refrescaba sus hormonas concentradas; los edificios se convertían en cigarros, consumiéndose, formando aros de humo en el aire.

Su piel estaba erizada, todo flotaba en aquella pantalla paralela al mundo y en ese  mundo parecía que no existía bajo los pies despellejados, como si los ojos desconocidos no llegaran a  atravesar su belleza desigual. No importaba.

A pesar de la opresión de su inconsciencia, deseosa de salir a flote de su submarino amarillo, se armaba de valor para superar la insoportable conciencia.

Abrigos inservibles de otoño, libros quemándose en las plazas ajenas, letras muriéndose y cuerpos encorvados. Que el mar purifique nuestras injusticias.

Él rompió los esquemas,(gracias),removió mi corazón latente, el sonido rítmico secaba la saliva empalagosa y los dientes se atrofiaban.
Déjame decirte que ese hombre que corrió desnudo por las sucias calles pavimentadas salvó a la imaginación encarcelada por la conciencia. Deja que la cordura no te extermine y que tu mejor amigo no te aconseje el bien, porque en realidad el mundo no existe debajo de nuestros pies despellejados, desatad el nudo con las manos huesudas.

Porque la vida es demasiado larga como para estar escuchando el recorrido de tu sangre en las venas.

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