Suerte de estar contigo
Esta historia reflejaba las dos caras de una misma moneda, tan diferentes..., pero complementarias. En el fondo ellas sabían que no podían vivir una sin la otra. Sin embargo, no sabían que ya estaban unidas para siempre. La ignorancia. El temor. La pasión. El descontrol. El desenfreno. El amor. Toda esa revolución de sentimientos y acontecimientos pusieron alguna vez en duda la intención de una sobre la otra y viceversa. Pero el destino ya estaba escrito. Solo faltaba que ambas lo aceptaran. La moneda después de rodar por cada bolsillo, de recorrer un camino de idas y venidas, al fin las caras encontraron su valor. Eso era lo que faltaba, tiempo para reconocer su valía juntas. **** Era la hora de la comida, ...