Nudos

Una montaña rusa de emociones azota a mi corazón. A pesar de la velocidad de los acontecimientos, todas las cuerdas se van atando unas con otras, enganchándose sus extremos en dos árboles: el más alto es el de la duda y el otro, pisándole los pies, el de la certeza. Los nudos se refuerzan al quedar tirantes las cuerdas por su propio peso. Perfectas para tirarse en tirolina. La bajada a gran altura genera una adrenalina que mi corazón tiene que soportar. Porque no hay más riesgo que lanzarse por una cuerda con las manos desnudas. 

¿Vale la pena despellejarse las manos para saber que, al final, no hay una colchoneta que pueda detener el impacto?- Me pregunta el mal presentimiento. 




Comentarios