Está de camino.

Gargantas desgarradas, dientes arrancados, nudillos despellejados y corazón destripado.
Pulmones que respiran y se ahogan.
Sangre que cae.
Estómago que se queja y escupe bilis.
Piel hundida, rota y descuajaringada.
Mirada fija, desenfocada, intentando alcanzar las estrellas.
El cuerpo tiembla de rabia, de impotencia y de frío.
La respiración densa se debilita, le sonríe el Adiós.
Nadie lo busca. No cierra los ojos.
Lágrimas queman.
Las pequeñas luces se difuminan.
Se apagan.









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