01/03/17

A veces pienso que el final está muy presente en cada mira, en cada espacio y en cada silencio.
Descansé los hombros, las tiras del sujetador resbalaban por ellos y por un momento me sentí desnuda, pero libre.
Libre.
Cansada del rum rum de la lavadora del vecino de arriba. Sofocada e incapaz de recordar mi propio nombre.
Han pasado demasiados días pendiente de una respuesta que nunca llegaba, y miles de preguntas retóricas lanzadas en el aire.
Pero aquí, después de un año y tres meses algo ha cambiado. 

Con el tiempo, después de miles de hipótesis me di cuenta de que de nada iba a servir vivir de historias que se olvidan porque se han quedado a medio terminar. Y ese pensamiento de: "Y si.." solo hace que uno se quede con el mal sabor de boca de que podría haber elegido otro camino diferente. 

Comentarios