07/12/16 ó 00/00/00

Los días pasaban como si el tiempo se derramara; gota a gota revivía la rutina perpetua, el mismo sabor insípido lamía mi lengua refrescando el habla perdida por el desuso. En cambio la memoria relucía dolorida.
Los colores monótonos azulados y negruzcos creaban un mundo lleno de luces y sombras, de esperanza y arrepentimiento.

Parece como si hubieran pasado siglos desde mi último trato con humanos. Una puerta se cerraba, blanca como la pureza engañosa. Una sabiduría que solo los folios dedicarían su atención, y unos ojos cansados de escuchar el mismo relato con distintas palabras. 
Necesito vacaciones.

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