Trizas

Abandonar lo que uno ama es como una daga clavada en la garganta, no se es capaz de decir palabra. El dolor es tan intenso que se extiende por el resto del cuerpo como un veneno. Por un momento parece que el corazón hace un sobreesfuerzo en cada latido, y en cualquier instante podría dejar de funcionar. Y mientras eso, el minutero ya ha dado 24 vueltas, cuando parece que ha pasado un segundo. Pero en el proceso de marcharse, el alma se resiste a irse e intenta no soltar el cuerpo. 

El alma se rompe en miles de pedazos. Dejando una parte atrás. 

¿Cuántas veces seré capaz de hacerlo?




Comentarios