Reflejos II

Cruzando a través del umbral de una puerta, esta me transporta directamente hacia el futuro. Los edificios acristalados de las grandes ciudades, se habían extendido hasta conquistar los pueblos más recónditos de España y, tal vez, hasta conquistar el resto del mundo.

Vivíamos entre reflejos, observados por quienes caminan y hacen su vida en las abarrotadas calles, y los que están dentro de esos mismos edificios sin atreverse a exponer sus vidas. Pero no se puede vivir eternamente encerrados en una cúpula de cristal rectangular. Entonces nos fijábamos en las apariencias más que nunca. Lo que veíamos lo copiábamos por simple moda y dejábamos que nuestro ser desapareciese un poco más deprisa. 

Los rayos del sol chocan contra los espejos y se multiplican instantáneamente por un millón, rebotando de un sitio a otro sin control. 

¿Será así el futuro realmente? 

El futuro es hoy.


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