Fantasma.

Admito que has sido lo bastante valiente como para enfrentarte a mi. 

Nunca había sentido tanto dolor. Las palabras proyectadas como flechas, atraviesan la diana de mi corazón. 
Y como si eso no fuese suficiente, te acercas como un fantasma del pasado, clavándome el puñal del adiós entre la segunda y tercera costilla mientras me miras directamente a los ojos. Retuerces la hoja cuando el resentimiento se apodera de mi mostrándote la otra cara de la moneda. 

El aire capaz de salir de mis pulmones forman carcajadas. 

Siempre cuidándome las espaldas porque pensaba que vendrías por detrás para poder rematar la faena. 

Esta vez me sorprendiste. Por una vez.


Nunca había sentido tanto dolor real en un sueño.

Comentarios

  1. Le ha subestimado menos de lo que se merecia, cubriendo solamente las espaldas

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