¿Estoy de vuelta?

No se me ha quedado el habla en casa, ni durmiendo debajo de la cama cuando tiene miedo de decir la verdad que la garganta preparaba, con ácido y un poco de saliva para que fluyera mejor. (Pero lo peor no era contarlo sino escuchar la reacción (si la había)). 

Quiero que el viento me lleve y me despeine.
Quiero que la lluvia atormente a mi piel un rato.
Quiero que el sol seque el tiempo.

En fin, quiero vivir. 

Quiero sentir la ropa pegada a mi cuerpo y el pelo en la cara.
Quiero sentir la tierra mojada.
No quiero sentir que los mejores momentos desaparezcan con tan solo cerrar los ojos.

No se me ha quedado el habla en casa (se había ido un poco de vacaciones). 

(Y de mi boca no salía la crueldad de cada día (diciendo medias verdades), sino que de mi propio estómago brotaba las carcajadas que se habían estado escondiendo).

Y fue entonces cuando llegué a tocar la felicidad con las yemas de los dedos (por un momento).

Comentarios