El eco de mi voz.

Derramo las ansias de cantar más alto.
Me carraspea la voz al susurrar deseos de amor y compasión; el silencio tapona mis oídos desesperados por escuchar esa canción que ahora me parece lejana, irreconocible.

¿Por qué siento como si hubiese perdido antes de haber empezado?

Las gotas de lluvia retumban en mi cabeza produciendo eco, el frío recorre cada parte de mi ser como una garra.

Derramo el calor por los poros de la piel envasada al vacío.
Me tiembla la voz al murmurar deseos de sol y ropa seca.

¿De qué tengo miedo?

Los nubarrones negros me sacan de quicio, esta maldita capa de impotencia aprisiona las ganas de gritar, araño el pecho con los nudillos blancos llenos de frustración contenida, convertida en ira.
Recojo las fuerzas desperdigadas entre colillas ahogadas.

Aspiro fuerzas.

Óyeme cantar alto.

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