Nota.

Me permito echarte de menos. El universo decide volverte en mi contra, mostrándome pequeñas partes de ti que pensaba que ya había olvidado. Pero claramente me equivocaba.
Hoy he venido a expresar la ternura de mi corazón (al menos lo que queda de ella). He batallado contra la otra cara de la moneda y contra la mía propia. La voz del silencio se había quedado sin habla, esa misma que hacía que cayera dormida después de 36 horas sin dormir (hipérbole), apareciendo la suya grave pero agradable, sacándome del limbo.

Los recuerdos matan y dejan vivir.

Siempre imaginé tus manos tocando el piano, (pero esta vez con sonido) las mismas que podría acariciar y entrelazar con las mías.

No sabes lo que escuece esta herida abierta en el corazón que no cicatriza.

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