Polos opuestos

La impaciencia es mi cruz y perdición. ¿Cuántas veces habré culpado al tiempo de caminar tan lento? ¿Cuántos disgustos mi corazón habrá superado por haber cuestionado mi propia confianza?

La paciencia tampoco fue mi aliada. Aun sabiendo el destino que se fraguaba, esperaba con la esperanza en un puño a que no fuese mi futura realidad. 

¿Cuántas veces habré estrujado esa esperanza por no haber escuchado una vez más a mi instinto? Las suficientes como para saber en qué momento debo actuar ahora. Siempre hay un periodo de experimentación para que la hipótesis se convierta en teoría. Pero qué pena que del conjunto de experimentos, no haya sido capaz de rechazar esa hipótesis. 

Entonces el resultado de todo ha sido conseguir una respuesta que me satisface, pero que para llegar a él he sido capaz de saber cuáles son mis límites. 





Comentarios