La insipidez del día a día

 El olor de su perfume estancado en el cuello de mi camisa. 
Los sueños recurrentes dañados a la mañana siguiente.
Las marcas invisibles de sus dedos en las paredes de mi casa.
El vacío que se siente cuando se vive sin muebles. Al menos se rellenaba con el eco de su voz. 

Pero ahora no queda nada.

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