Preludio

Desconecté y pude ver con claridad que hay que pestañear dos veces para ver cómo es en realidad una persona y no culpar al polvo que se acumula en las pestañas.
Tengo la fuerza suficiente para escupir en mis propios zapatos.
Y ahora nada importa.
Éste es sólo el preludio.
Espérame.
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