Ya no te veo
Perdón por la tardanza, los pies no respondían, dormían más que mi mente estos días. ¿Y no será que de tanto correr en mis sueños incompletos ya eran incapaces de despertar?
¿Y por qué corría? No me acuerdo.
Ahora que estoy aquí, abrázame fuerte porque siento que me desvanezco, siento que la piel se hunde hasta fusionarse al hueso, convirtiéndose finalmente en polvo, manchando los zapatos de terciopelo.

¿Y qué quedará de mi cuando el viento llegue?
¿Y qué será de ti cuando eso ocurra?
-El silbido de mi respiración atascado en tu mirada.
Comentarios
Publicar un comentario