La noche, un nuevo día.
Se dice que cuando el sol se oculta detrás de lo desconocido, aparece la sombra que tanto temen los amantes del día, de la compañía y lo que trae consigo.
Por eso dejaban que los fantasmas del ayer surjan entre la tierra quemada y el ambiente impregnado de azufre.
Mientras la noche relampagueaba, los hombres vivientes, tan fornidos y prepotentes, se tapaban bajo las sábanas que se les pegaba a la piel sudorosa; esperaban angustiosos a que el sol saliese entre la tiniebla y el hedor.
Hoy en día siguen esperando; agazapados en sus camas recubiertas de polillas absorbiendo el jugo de la carne derretida; a un sol brillante que nunca apareció entre las sombras del ayer, del hoy.
Porque la noche, donde viven los amantes de la soledad, silencio y sinceridad, que reflejaba ese mismo pasatiempo que otros ven con ojos de porcelana.
Entonces la noche del mañana formó el nuevo día.
Por eso dejaban que los fantasmas del ayer surjan entre la tierra quemada y el ambiente impregnado de azufre.
Mientras la noche relampagueaba, los hombres vivientes, tan fornidos y prepotentes, se tapaban bajo las sábanas que se les pegaba a la piel sudorosa; esperaban angustiosos a que el sol saliese entre la tiniebla y el hedor.
Hoy en día siguen esperando; agazapados en sus camas recubiertas de polillas absorbiendo el jugo de la carne derretida; a un sol brillante que nunca apareció entre las sombras del ayer, del hoy.
Porque la noche, donde viven los amantes de la soledad, silencio y sinceridad, que reflejaba ese mismo pasatiempo que otros ven con ojos de porcelana.
Entonces la noche del mañana formó el nuevo día.
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